El ruido de la ciudad aumenta el nivel de estrés, disminuye la concentración y puede afectar a la frecuencia cardíaca
El ruido de la ciudad irrumpe los latidos del corazón. Así lo confirma un nuevo estudio llevado a cabo por la Universidad de Nottingham Trent (Reino Unido). Los investigadores han descubierto que los constantes cambios en el ruido, aún a niveles bajos, tienen un efecto inmediato en los patrones de frecuencias cardíacas.
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Para el experimento, publicado en la revista Information Fusion, los expertos midieron la frecuencia cardíaca de una serie de personas a través de monitores incorporados en sus móviles. Los sujetos estuvieron en el centro de la ciudad de Nottingham durante 45 minutos. Se encontró que los diferentes sonidos de las calles del centro, incluso a nivel bajo, alteraban el ritmo cardíaco normal.
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Otro estudio, de ISGlobal, impulsado por la Fundación Bancaria “la Caixa”, ha estimado la carga de enfermedad provocada por la planificación urbana y del transporte en Barcelona. Las conclusiones a las que llegan los investigadores es que en la ciudad de Barcelona se podría descender un 13% su carga de enfermedad si se cumplieran las recomendaciones internacionales de actividad física y exposición a la contaminación del aire, ruido, calor y el acceso a los espacios verdes.
De todos estos factores, el ruido de la ciudad, y en concreto en el de los coches, es el que provoca más enfermedad. El estudio estipuló que los sonidos del tráfico contribuyen con un 36% a la carga de enfermedad provocada por la planificación urbana y del transporte. Este porcentaje es incluso mayor que el atribuible a la contaminación del aire.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como ruido, cualquier sonido superior a 65 decibelios. Según la Agencia Europea Medioambiental, el ruido provoca en el mundo 72.000 ingresos hospitalarios y casi 17.000 muertes prematuras. En el caso de España el dato no es menos alarmante, con 4.000 ingresos y un millar de muertes.
La rabieta de un niño llega a registrar los 91 decibelios
Para que nos hagamos una idea, la rabieta de un niño puede llegar a unos 91 decibelios y, la entrada del metro en la estación a unos 110. Es por eso importante hacer todo lo posible para disminuir nuestros niveles de contaminación acústica.
De dónde viene el ruido de la ciudad
A pesar de que los coches son los mayores productores de ruido no son los únicos que afectan a nuestra salud. Las principales fuentes de contaminación acústica podrían englobarse en 4 categorías:
1. Circulación de vehículos: Son los responsables de aproximadamente el 80% del ruido de la ciudad.
2. Obras y construcciones industriales: Aproximadamente el 10% de la contaminación acústica.
3. Ferrocarriles: Producen alrededor de un 6% del ruido total.
4. Bares, musicales y otras actividades: Forman el 4% de ruido restante.
Efectos del ruido de la ciudad
Los problemas de salud generados por el ruido de la ciudad suelen estar vinculados a más de un factor determinante. Los efectos del ruido suelen estar provocados por una multiexposición a diferentes entornos. Las consecuencias se producen de forma acumulativa a medio y largo plazo. Además, dependen del tiempo de exposición y la sensibilidad de cada individuo. Pero, ¿qué enfermedades pueden derivar del ruido de la ciudad?.
La causa más conocida es la pérdida progresiva de audición, con sus consecuencias en los entornos sociales. Otra de las enfermedades derivadas del ruido es la hipertensión y las enfermedades cardíacas. Pero el ruido además afecta a nuestro día a día, en nuestra concentración, en la lectura, la atención, la resolución de problemas, la memoria o incluso puede provocar trastornos del sueño. Si el nivel de ruido aumenta a los 80 decibelios se puede llegar a producir efectos psicológicos, como estrés o irritabilidad y agresividad.
Fuente de la Noticia: https://noticias.eltiempo.es